Un año más y cabreada como una mona....
No hay mal que por bien no venga, dice el dicho. El problema surge cuando las malas vienen y vienen y no dejan de venir. Una espiral que parece no tener fin. Y que se concentran ahondando mas en la herida el día que cumples años....Ese día fue ayer, y ya van 35 castañas que se dice pronto (he escrito dos veces 25 sin querer queriendo... ) y llevo una temporada que me da la sensación que en vez de echarseme uno encima han sido 6.
Los regalitos que me ha hecho mi chica |
Leía ayer a Chis y me preguntaba como tantas otras veces si nuestras vidas no serán paralelas.
Lo de mi curro ya no tiene nombre, meses y meses de renovación de contrato, pleitos, resoluciones y mas pleitos para que nos digan un viernes de repente que no saben si tendremos que volver el lunes, y volver ese lunes y currarlo porque no te queda otra a la espera de una contestación, que te den la información justa y sesgada para que sigas trabajando. Y cuando te llega la información real, no saber si echarte a llorar o directamente decir, para esto me despides que al menos tengo finiquito (y eso yo... que los hay que ni eso)
Y luego un funeral, un no se sabe si (y ojala sea un no) cáncer de una amiga, unas tardes de hospital con mi tía de 87 años con la congoja de ¿Saldrá esta vez? un necesito un abrazo de los de verdad y que cuando lo recibo no me llene lo suficiente... Mas la hipocresía de este mundo que aparece sobre todo cuando las situaciones como la del trabajo surge y cada uno barre para casa, que eso es normal, pero no jodas a los demás en el proceso.
Quemada, estoy quemada y no me apetecía entrar a si en los 35. Quería una sonrisa, una cena y lo que surgiera y una temporada tranquila y que me dejaran ponerme el aire acondicionado en casa. Es tanto pedir?
Mientras tanto, con esfuerzo, en estos ratos intento disfrutar de los regalos que mi chica y de mis ratos de soledad. (uno de mis regalos es el disco del grupo de aquí abajo: Morgan)
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